En Sevilla, donde los veranos son extremadamente calurosos, la mejor orientación es hacia el norte o noreste. Esta orientación ayuda a evitar el exceso de calor durante las horas más intensas del día, manteniendo la casa más fresca y reduciendo el uso del aire acondicionado. Durante el invierno, la necesidad de luz natural directa no es tan apremiante, ya que las temperaturas son moderadas